17/02/2014
El grupo de Teatro Talía fue el encargado de dar vida a alguno de los relatos de amor más representativos de la historia, rescatando textos como Romancero Gitano, Eros y Psique o Capitán
El Museo
Arqueológico Jerónimo Molina cobraba vida por unas horas, el pasado sábado, 15
de febrero, con la representación "Historias de Amor, amor en la Historia", una
particular forma de vivir San Valentín para todo la familia, organizada por la Concejalía
de Cultura con la colaboración de la Casa del Museo.
Más de 80 personas disfrutaron de las historias que el grupo de Teatro Talía escenificó a lo largo de las diferentes plantas del Museo, encarnadas en distintos pasajes de la vida de una pareja. Fragmentos del Capitán, Romancero Gitano, Eros y Psique, o Ganas de Reñir, además de textos propios de Ana García y Joaquín Jesús Tomás, fueron las historias que dieron sentido a la actividad, transportando a las personas asistentes a algunos de los relatos de amor más representativas de la historia.
La velada para
muchos, concluyó en el Restaurante de Loreto, donde la carta especialmente
confeccionada para la ocasión, puso fin al encuentro.
El amor en la historia
La historia comenzaba a las mismas puertas de lo que era el antiguo Concejo con un divertido dialogo entre una joven pareja. Terminado éste, los asistentes fueron guiados al interior donde una joven poetisa recitó unos versos, tras ella dio comienzo en el centro de la sala de Prehistoria una obra de corte clásico con distintas diosas romanas como protagonistas. Obra que, gracias a la original fisionomía del espacio del museo, pudo ser seguida desde dos plantas distintas.
El tour teatral prosiguió con los encendidos versos de un joven trovador apostado en el hueco de la escalera que conduce a la planta de cultura romana, lugar donde en tiempos pasados se encontraba la sala capitular o salón de plenos del antiguo Concejo y donde tendría lugar otra pequeña obra, esta vez adaptada al tiempo presente. Todo ello ambientado en todo momento con diversos temas instrumentales tocados en directo por un guitarrista y un trompeta, que llenaban por completo de música el antiguo edificio del siglo XVI
Finalizada la obra,
los participantes volvieron a la planta inferior donde pudieron disfrutar de
otros versos de boca de una poetisa que daría por terminada la estancia en el
museo, con todos los actores despidiendo
al público en las mismas escaleras donde todo había comenzado una hora antes.
Fuente: Ayuntamiento de Jumilla