El silencio y la penumbra son las peculiaridades de la Procesión Penitencial de Martes Santo. Este silencio inundó las calles de la parte antigua de Jumilla la madrugada del pasado martes tan solo iluminada por la luz de las hogueras.

Se trata de la Procesión Penitencial del Santísimo Cristo de la Vida, que se inició tras la Celebración Penitencial celebrada en la Parroquia Mayor de Santiago. En ella participan la imagen del Santísimo Cristo de la Vida y de Nuestra Señora de la Esperanza, así como numerosos penitentes, vestidos con sus túnicas negras y cargando cruces y con cadenas en la cintura y en los pies. Este desfile contó con la actuación de la Coral Canticorum.

Pasada la medianoche, los penitentes salían por la puerta sur, dando la vuelta al atrio, para comenzar por la puerta norte. La procesión recorrió las calles Cuatro Cantones, Santa María, la Cuesta del Cura, Santiago, Plaza de Arriba, Salvador Pérez de los Cobos, San Roque, Plaza de la Constitución, Amargura, Calvario, Plaza del Cabecico, Cabecico, Travesía Amargura, Primer Distrito, Travesía Cruces, Cruces y Miguel Trigueros. El recorrido terminó en la Iglesia de Santiago.

Como todos los años, numerosas personas salen a presenciar esta respetuosa y singular procesión.

Antes de esta procesión, la Parroquia de El Salvador acogió, tras la celebración de la Solemne Misa, la presentación de la Revista ‘El misterio’, de la mano de Javier Martínez Villaplana, presidente de la Santísima Virgen de la Gloriosa y vocal de la Junta Central de Hermandades de Semana Santa.